domingo, 8 de mayo de 2016

La aventura del trabajo intelectual






La Aventura del Trabajo Intelectual.
Cómo estudiar e investigar.
Armando F. Zubizarreta





La Aventura del Trabajo Intelectual de Armado Zubizarreta es un libro sinceramente agradable, para llevar en su interior plasmados temas de investigación que a la mayoría de los alumnos les son necesarios pero sin gran relevancia. Pero el interés y agrado por este libro, es cómo el autor le da un toque especial para facilitar su lectura y así abrir brecha a temas importantes en el ámbito del trabajo intelectual.
       Trata desde la perspectiva del intelectual en función de su rol de “ser pensante” hasta tocar puntos como los pasos del trabajo académico, la técnica de investigación, que actualmente todos necesitamos pero muy pocos ocupamos realmente. Son temas peculiarmente interesantes e importantes para la formación académica de cada estudiante, y que ninguno debería dejar pasar por alto el estudiarlos.
        Entrando a lo que es ya, los temas del libro, nos topamos primero con lo que es la vida intelectual y el oficio de pensar, llama la atención lo que Zubizarreta dice: “la vida intelectual no sólo es pregunta, búsqueda, sino también hallazgo, ordenación de las respuestas, casi siempre provisionales. Es aprendizaje constante, hábito de escuchar y de leer atentamente. Si el trabajo diario de estudiar seriamente -comprendido, ordenado, memorizando- no es posible un vigoroso desarrollo y una auténtica disciplina de la inteligencia”.
       Es meramente cierto, “una vida intelectual” es una responsabilidad que diariamente se debe enriquecer, menciona que si no es un trabajo diario de estudiar, simplemente no hay una auténtica disciplina de la inteligencia. Muchas veces en nuestra irresponsabilidad, pretensión de ser rápidos en el desarrollo de nuestro trabajo, simplificamos tanto las cosas que nos impide ser profundos y críticos en el tema, y nos convertimos en “pensantes” de manera superficial y vacía.
        Pero por consiguiente viene la respuesta a lo anterior, quizás y somos superficiales en lo que se refiere al trabajo intelectual, o en algún modo, la esencia del intelectual es de síntesis pero realmente constructivista; y es donde la vocación entra a distinguir cuál de los dos intelectuales estamos siendo.
       La vocación, dice Zubizarreta que es “el impulso íntimo que siente una persona hacia un tipo de quehacer”, y es en respuesta a esta vocación que la persona se mueve con todo lo que es y con todas las herramientas con las cuales dispone, a hacer lo que “le llama”, lo que le atrae para realizar. Quizás es aquí donde radica el saber distinguir, que es lo que mueve a una persona a trabajar en lo intelectual, el hacerlo por vocación.
       Y como en toda circunstancia siempre hay y habrá dificultades para concretar algo en el trabajo intelectual; lo primero que impide el avanzar a una persona son las limitaciones personales, nuestro mayor gigante, por así decirlo, muchas veces somos nosotros mismos.
        El tiempo, la limitación de los medios y los instrumentos, el cansancio, las enfermedades, etc, son limitantes que dificultan nuestro desarrollo en el trabajo intelectual; pero el desánimo, en mi parecer suele ser el mayor impedimento, el ya no querer seguir adelante.
          La segunda parte de este libro va enfocado a lo que son los pasos y los resultados del trabajo académico, iniciando con la lectura, que es ahí, en mi parecer, donde inicia todo trabajo intelectual. Existen clases de lectura, la primera que menciona este escritor es la lectura recreativa, al leer un libro de una novela, poesía, por ejemplo, echamos a andar nuestra mente e imaginación, recreando nuevas experiencias, sensaciones que en cierto modo nos ayudan a “… conocer el sentido d3e nuestra vida y la de nuestro prójimo, sentido que la estupidez cotidiana nos oculta…”, tal como dijera Guitton, quien el mismo autor cita.
         Otra clase de lectura es la de perfección, la cual realizamos por cumplimiento de nuestro deber como estudiantes, que quizás no es de todo nuestro agrado pero aporta cierto conocimiento que como quiera que sea, termina siendo beneficioso para todos. Tomando en cuenta el punto de vista del escritor,  desde la aspiración intelectual,  considera la lectura cultural y la lectura especializada, la primera que abre camino al crecimiento de nuestro bagaje cultural al leer contenidos de ciencias, filosofía, etc., y la segunda que es más específica, está enfocada a un campo de estudio sumamente delimitado.
        Definitivamente el hábito de la lectura tristemente  no es uno de los hábitos, en los que mayormente como estudiantes mexicanos destaquemos a nivel internacional. La lectura ha sido y continúa siendo un campo que se ha descuidado, al que no se le ha dado la debida importancia que merece, ya que de aquí parte el obtener conocimiento, y desarrollar eficazmente en el trabajo intelectual.
       Citando al escritor, “leer un libro es establecer un diálogo animado por el deseo de comprender”, pero para esto debe haber también cierta disposición para poder entrar en ese proceso de comprensión, e interés por parte del aprendiz para que tenga un estímulo que le despierte a buscar, y descubrir nuevo conocimiento, nuevo vocabulario a través de la lectura. Los libros siempre será un buen recurso por el cual el hombre pensante puede crecer y madurar, para razonar, desarrollar un buen raciocinio en cualquier tema.
           Siempre es necesario tener un comentario sobre algún tema, que sea bueno, crítico, reflexivo, con el cual podamos profundizar en cualquier tema del que estemos hablando, y sobretodo más va siendo necesario, para el desenvolvimiento de todo profesionista, y más viene siendo para aquellos que desarrollan su profesión en el área educativa, es aún mayor responsabilidad, porque “quien  se atreva a enseñar, nunca debe dejar de aprender”, y a través de los libros nunca dejaremos de aprender, aún en cada relectura que a un mismo libro, siempre sacaremos algo nuevo, que quizás en nuestra primer lectura no pudimos percibir, pero que poco a poco se va abriendo un nuevo panorama, una nueva perspectiva por la cual podemos seguir en nuestro camino del conocimiento, y formarnos como personas cultas.

          Tomando en cuenta parte del la lectura realizada a este libro, en importante destacar lo que menciona el escritor sobre ¿Quién es una persona culta?  La persona culta no es la que demuestra por su apariencia exterior que lo es, en nuestra sociedad se ha etiquetado a las personas que por vestir de tal forma son “mataditos”, o por hablar raro en cierto modo, ya son cultos, o por lo contrario, como viste de una forma completamente distinta a la de los clasificados como cultos, no lo son y por lo tanto no se les toma importancia a sus comentarios y conclusiones.
          Una persona puede aparentar ser alguien para ingresar a un grupo por interés de aceptación, pero en su interior no lo es, y quizás ni tenga el conocimiento de serlo, la persona culta es aquella que conoce desde sus raíces hasta la actualidad que le rodea y en donde se desenvuelve, es aquella persona que ha adquirido por decisión propia la responsabilidad de ser parte de esta sociedad humana a la que pertenece y sobretodo hacer y poner un granito de arena para mejorar el ámbito que le rodea ya sea con su conocimiento, sus habilidades, sus destrezas, etc., lo cual también permite el crecimiento y superación de la misma persona quién aporta.
     Los apuntes de clase, otro tema abordado en este libro, muchas veces son olvidados o subestimados por decir así, porque son confundidos con que rígidamente se tienen que escribir o tomar apuntes exactamente de lo que maestro expuso en su clase, pero no es así, sí en verdad se les toma en cuenta llegan a ser muy útiles para el aprendiz.
      El tomar apuntes beneficia al estudiante, porque conlleva el prestar atención a la clase y explicación del profesor, porque de esa forma lo que el alumno va comprendiendo es lo que va escribiendo y adaptado a sus palabras. Puede anotarlo a través de palabras claves, o puede desarrollar distintos métodos con los que pueda relacionar el conocimiento y así obtener un aprendizaje meramente significativo.
      Continuando con los pasos del trabajo académico, se encuentra dentro de estos, el resumen, el cual es muy ventajoso y conocido, porque desde la educación básica se maneja el realizar este tipo de trabajos para desarrollar la habilidad de sintetizar, otro más es el informe, éste ya se maneja quizás en la educación media, y se enfoca principalmente y beneficia la habilidad de la observación, a través de la descripción de fenómenos que despierten el interés intelectual del alumno.
     Otro más es el examen, el cual ha sido devaluada su función quizás o malentendida, ya que el examinarse o evaluarse sirve tanto para el maestro como para el alumno, para el primero porque observa y denota los aspectos en sus métodos de enseñanza en los cuales ha fallado y deba mejorar, y para el segundo como evaluación de su interés por aprender y estudiar, el conocer que tanto sabe, comprende y que tan desarrolladas tenga ciertas habilidades. 

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